martes, 20 de marzo de 2012

La Primera Semana Santa sin Peregil


Por Manuel-Jesús RODRIGUEZ RECHI


Este año faltará una saeta en un balcón. Cuando el Museo venga de regreso buscando su templo, a buen seguro, habrá un silencio extraño producto de la ausencia.

Será la primera Semana Santa sin Pepe “Peregil”, el saetero que doblaba su ya considerable tamaño para hacerse más alto en los balcones y alargar más su voz hasta el mismo cielo.


Su voz, hacia forjar en emociones cuando rezaba en alto al paso del Cristo del Amor en el Salvador o a laVirgen de las Aguas en la Plaza del Museo, estampas clásicas de una ciudad que no se volverán a repetir.

Dicen de Peregil que era humilde, sencillo, carismático, único, a disposición de sus hermandades o de cualquiera que lo requiriera. Para cualquier necesidad, allí estaba Pepe, quitando sus pesares. Por eso convirtió a“Quitapesares”, en el lugar donde todos ahogaban sus penas en sonrisas.

Había nacido en Manzanilla pero la ciudad le embaucó de tal forma que era tan sevillano como la propia Giralda. Se volcó, de tan forma, en sus tradiciones que fue uno de los mejores embajadores que tuvo esta tierra que él se encargó de regar con simpatía.

Muchas eran las ganas que tenía de vivir, nunca dejó de tener una sonrisa clavada en su rostro. Cuentan que el día en el que los médicos le comunicaron el alcance de su grave enfermedad, no dudó esa noche en cantar en la Cruz de Mayor que organizaba la hermandad de los Gitanos y así cumplir, no sólo con lo comprometido, sino con la obra benéfica a la que iba destinada.

El Museo, la Cena, la Exaltación, el Rocío de Sevilla… la ciudad ha perdido una valiosa porción de su patrimonio humano.

Desde ahora, uno de sus tres hijos, Álvaro, seguirá llevando por bandera su apodo, “Peregil”, heredado de su abuelo, José Pérez Gil. Fue un luchador incansable por la recuperación de Santa Catalina, una lucha que ahora los vecinos tratan de que no se olvide. Como tampoco dejarán que se olvide la memoria de José Pérez Gil, por el que ya se trabaja para que tenga una calle en la ciudad. 


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